Una tarde como otra cualquiera, en el pueblo....comidita al aire libre con las dos, expectantes a todo lo que pueda caer de la mesa ( siempre será bienvenido ). Y luego paseo por la fábrica abandonada, entre tantos, y tantos naranjos en los que perderse y hacer lo que cada una quiere.... siempre buscando bonitos momentos con los que recordarlas cuando, éstos, nos abandonen, por otros que nos hagan olvidar...
me encantan las fotos mucha suerte con el Blog no lo habia visto antes !! un abrazo desde Barcelona
ResponderEliminar